martes, 2 de junio de 2009

Elecciones Europeas.

Voces que claman en el desierto.

Nunca, en todos mis años postfranquistas y ya son muchos, he observado tanto silencio sobre unas elecciones a realizar. A veces me da la sensación que paseo por un cementerio. Ni en el trabajo, ni en la calle, ni entre los amigos escucho nada al respecto sólo la televisión y los medios de comunicación, que en ello justifican su existencia, hablan, hablan y hablan.
Los ciudadanos están empachados de palabras, palabras y palabras. Palabras que no remedian nada; de discursos sembrados de “lindezas”, chistes fáciles y de ocurrencias soeces; de ver a los monos del circo subirse a las ramas olvidando que son terrícolas y que hace ya miles de millones de años que dejaron atrás la época de las musarañas…
¿Quién, ciudadano de a pie, conoce a tres días de las elecciones los problemas políticos, económicos, sociales, culturales… de la EU?, ¿y el programa de soluciones que se proponen?. ¿Sabe alguien de nuevos proyectos? , ¿ Qué modelo de Europa se desea?.
Nuestros políticos no saben o no responden de Europa en cambio saben mucho del contrincante y de “discutir” que no debatir, como “solucionar los problemas caseros” que gane quien gane nunca solucionan: empleo, pensiones mínimas, educación, vivienda, salarios “miliuristas, corrupciones…
A simple vista todos palpamos que la UE sufre de paraplejía física, mental y lo que es peor espiritual. Cada cual marcha por donde quiere y le conviene. España se quedó sola al no reconocer la independencia de Kosovo; Inglaterra mantiene su moneda, Italia emplea métodos “dudosos” contra la inmigración ilegal y los gitanos sin que nadie levante su voz… Y no hablemos del “juego de la Parrala” con la aprobación de la constitución. ¿ Tiene alguien de verdad prisas en dar cuerpo a la UE?. Aparentemente, no. La unión económica ya está hecha y los demás aspectos: políticos, sociales, culturales, militares… ya vendrán con el tiempo. Nosotros no lo veremos pero tampoco se acaba el mundo con nosotros.
Para vender la UE, lo primero que tienen que hacer sus comerciales ( léase políticos) es creer en el producto que venden y oyéndolos, si venden, es porque sus clientes tienen más fe en el producto que ellos mismos. A los políticos parece que sólo les interesa el sillón que van a ocupar. Calentarlo es otra cosa. Muchas de sus señorías una vez conseguido el escaño se diluyen y desaparecen para volver a surgir a los cuatro años.
Iremos a votar por que el deber democrático, al que le tengo fe inquebrantable, me llama no por las voces que claman en el desierto.

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