viernes, 28 de noviembre de 2008

Mixturas politicas: Los crucifijos




Los crucifijos.

Inconcebible que en un estado laico constitucionalmente aún sigan existiendo símbolos religiosos ( crucifijos ) en las aulas de centros públicos como ha ocurrido en un colegio “público” de Valladolid que se ha quedado 30 años postergado en el pasado. En todos los centros, sin necesidad de enfrentamiento absurdos, se han venido retirando, en congruencia con el estado laico al que pertenecen, los símbolos religiosos. Ello se ha hecho sin exhibicionismos ni estentóreos. Sólo un radicalismo intransigente y altivo, es capaz de provocar situaciones de esta clase.
Ha sido este fanatismo altivo quien ha llevado demasiadas veces a muchos cristianos a dejarse matar (persecuciones romanas y mártires) y otras, a matar (inquisición) e incluso a guerrear (cruzadas contra los musulmanes, guerras de religión en Europa o nuestra última guerra civil de abundantes connotaciones religiosas).
Pero, si gracioso es el tema de los crucifijos en escuelas laicas, más gracioso es aún que el propio presidente del gobierno, el Sr. Rodríguez Zapatero, eche a pelear a todos los padres de España con algo que en los centros público está más que superado. Digo esto porque en una declaración suya en el diario El País indicaba que el quitar o no los crucifijos de las aulas quedaba a la decisión de los propios centros o, lo que es lo mismo, de los Consejos Escolares. ! Casi “na”! Imagínense el problema que se puede originar en un país acostumbrado a las cruzadas; en un país donde la cuestión religiosa tiene connotaciones guerreras; en un país donde los obispos han encabezado manifestaciones y utilizado la presencia del mismísimo Papa contra decisiones tomadas por el Parlamento…
Aunque estemos en tiempos distintos a los de Don Quijote y Sancho, las cuestiones religiosas en nuestro país se saben cómo empiezan pero no como acaban. Señor presidente, cuidado con propiciar otra nueva cruzada: la de los crucifijos. Si es de ley, que se cumpla y si no, que no se cumpla pero los centros no son los lugares indicados para debates constitucionales.
Un Juez apelando a la Constitución ha sentenciado que se quiten. Que se recurra si ha de recurrirse pero, por favor, bastantes problemas hay en los centros de enseñanza (disciplina, fracaso escolar, innovaciones constantes, etc) como para que también tengan que vérselas con cuestiones nacionales. Eso, Sr Presidente, entra en el sueldo de los políticos.



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